10 Mandamientos ESTOICOS para aplicar en el Ciclismo

El estoicismo como fenómeno de pelotones

Me estoy leyendo la novela El Asesinato de Sócrates (por Marcos Chicot y Finalista del premio Planeta 2016) y algunos pasajes me han recordado al libro INVICTO “Entrenamiento mental para lograr más y sufrir menos“ del gran Marcos Vázquez “Fitness Revolucionario” (soy fan), librazo que te aconsejo 100% ya que puede ayudarte a enfrentar problemas y vivir según tus propias reglas, entrenando tu mente para pensar con claridad, actuar con determinación y resistir con disciplina, combinando filosofía estoica con psicología moderna. Conmigo funcionó un poco.

Pues bien, he decidido escribir un pequeño artículo, acerca de qué es la escuela Estoica y como algunos de sus principios pueden ayudarnos a la hora de practicar nuestro deporte, el ciclismo, aunque servirán  y se podrían aplicar a muchas otras disciplinas deportivas claro está.

La escuela estoica es una corriente filosófica moral fundada por el filósofo Zenón (siglo III a. C). Los estoicos sostenían que hay que afrontar con tranquilidad y sin queja tanto los bienes como los males que nos depara el destino, creían que el universo funcionaba según una ley de causa y efecto que lo hacía racional. Pensaban que, aunque no podemos controlar lo que sucede a nuestro alrededor, sí podemos controlar nuestras reacciones y pensamientos sobre estos eventos, en lugar de imaginar una sociedad ideal e irrealmente positiva.

Adaptando los principios estoicos al ciclismo, quizá puedas mejorar (un poco) tanto tu rendimiento deportivo, como tu disfrute encima de la bicicleta. Aquí van algunos:

1. Focus en lo controlable: Concéntrate en tus esfuerzos y actitudes, no en las condiciones del clima o las decisiones de otros ciclistas. Si se pone llover, pues te mojas, es solo agua, no lejía. Si un compañero ese día no está muy allá y lastra un poco, ayúdale dando rueda o disfruta en paralelo de una buena charla tranquila. Un poco de entreno aeróbico siempre viene bien.

2. Acepta lo inevitable: El viento en contra, los pinchazos o las caídas son parte del ciclismo. Acepta y sigue adelante. Si hace viento y te da de cara, piensa que en algún momento será al revés y te ayudará viniendo por la espalda. Si tus compañeros de grupeta sufren un pinchazo y tienes que parar, aprovecha a comer algo, hacer un pis o llamar a casa para avisar de que llegarás algo más tarde, así puedes alargar un poco más las cervezas postentreno.

3. Mantén la calma: En momentos de presión, como cuando se te va el grupo, o antes de una competición, respira profundo y mantén la mente clara. Alterarse, ponerse nervioso, entrar en pánico o reaccionar de manera impulsiva no va a hacer que puedas aguantar el ritmo de gente más fuerte que tú o que vayas a competir mejor ese día. Pero si mentalmente eres fuerte y capaz de razonar la situación en la que te encuentras en ese momento, quizá acabes superando a muchos otros ciclistas que están físicamente más en forma que tú (pero no mentalmente).

4. Resiliencia: Cada subida difícil o día agotador te hace más fuerte. Usa esos retos para mejorar. No hace falta decir mucho más, quizá en el momento de enfrenarte a un rampote del 15% estés deseando bajarte de la bici, tirarla por un barranco, sentarte en el suelo y echarte a llorar. Pero tú y yo sabemos que… ningún mar en calma hizo experto al marinero (me encanta este refrán) y ese sobre esfuerzo a medio-largo plazo te vendrá bien.

5. Modestia: No te jactes de tus logros, deja que tu rendimiento hable por sí mismo. Virtud fundamental ésta. La verdadera medida de un ciclista no está en sus palabras, sino en su dedicación y esfuerzo constante. Al mantener una actitud humilde, no solo ganarás el respeto de tus compañeros, sino que también cultivarás un ambiente de apoyo y camaradería, donde todos pueden mejorar y disfrutar del deporte juntos, y ya sabes lo que dice el proverbio africano: Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado.

Filósofos diciendo ruta y ritmo de la salida de bici del fin de semana.

6. Practica la gratitud: Agradece la oportunidad de poder montar en bicicleta y disfrutar de cada viaje. No todo el mundo dispone del tiempo para poder salir a rodar o entrenar con la bicicleta y muchas personas tienen que hacer rodillo en casa por ejemplo. Yo suelo dar las gracias por poder montar en bici, pero lo que más hago, llamadme loco, es dar las gracias (no sé a quién) por llegar a casa sano y salvo tras cada salida en bici.

7. Disciplina y constancia: El progreso en el ciclismo se logra con entrenamiento constante y disciplinado. No esperes milagros sin esfuerzo, amigo. Sí, los domingos madrugadores y las rutas interminables pueden parecer una tortura, pero cada día, cada pedalada cuenta, y aunque no veas resultados instantáneos, el progreso viene con la persistencia. Tú sigue pedaleando, mantén la rutina y pronto serás el que deja atrás a…. al menos a los que se quedaron en la cama ese día.

8. Simplifica tu equipo: No te obsesiones con tener la bicicleta o el equipo más caro. Lo esencial es tu habilidad y esfuerzo. Cuentan que el gran Sócrates cuando se paseaba por el mercado de Atenas, repleto de cosas, solía decir: “, Ah, cuántas cosas que no necesito”. Piensa realmente si más cosas o mejores (o más ligeras), van a ayudarte en tu rendimiento deportivo. Yo no soy quién para hablar que tengo “de tó” pero te invito a reflexionar sobre esto ya que, pienso que día a día y la sociedad de consumismo en la que navegamos, nos lleva a hacer unos dispendios totalmente innecesarios. Por cierto, ¿por qué la bici del color que nos gusta es siempre la más cara?

9. Desapego de resultados: Compite por el amor al ciclismo, no solo por ganar. Aprende de cada experiencia, sin importar el resultado. Ganar, lo que es ganar, desgraciadamente solo gana uno y tú no eres Pogacar. Cada cicloturista es una oportunidad para aprender y mejorar, así que disfruta del camino, las vistas, los avituallamientos y los ánimos de la gente, pero no te obsesiones con ganar, porque al final, es la pasión por el ciclismo lo que te mantiene rodando. Nadie te paga, es más como decía mi abuela “Si te pagaran no lo harías”.

10. Ayuda a los demás: Ayuda a otros ciclistas en el camino. La comunidad ciclista se fortalece con la colaboración y el apoyo mutuo. Ya he hablado antes de este tema en “El lado bueno de los pinchazos”, ayudando a los demás desarrollamos habilidades nuevas, aumentamos nuestra sensación de valía y reforzamos los vínculos comunitarios, lo que se suele traducir en un aumento de nuestra autoestima. Es decir, generamos dopamina, ¡gratis! No como los polvos esos que compramos, iso, malto, fructo…

Hay muchos más y podría citar muchas frases celebres de Marco Aurelio o Confucio pero esto no es Instagram. Para otro día.

Espero que esta lectura y estos principios además de haberte entretenido, te puedan ayudar a mejorar tu desempeño encima de la bicicleta y que enriquezcan tu experiencia y satisfacción en la práctica del ciclismo. Aunque eso es mucho pedir, con lo primero me conformo.

Ahora te toca a ti, pon de tu parte y sal a rodar Pataliebre. Un abrazo =)

Fruco.