27 Jul Carta a un triatleta de larga distancia
Challenge Roth (Alemania) – 7 de Julio de 2024 – 6.20am
Sé que estás nervioso. Es tu tercer dorsal en esta disciplina. 3 años seguidos. 3800m nadar + 180km bici + 42km correr nada más y nada menos. Has entrenado duro desde mitad de enero para este momento.
Has hablado poco o nada de tus expectativas, pero sabes que estás listo y este año pueden salir las cosas bien, también mal, en estas distancias nunca se sabe.
Las últimas semanas han ido más o menos según lo esperado, has entrenado y recuperado bien. Te ha ayudado a quitar nervios. “Parece que voy a poder acabar decentemente”, te decías, pero siempre aparece el diablillo en tu hombro que te susurra “¿Y si no?”… dudas, nervios y más dudas… “¡Diossss, que empiece ya o vomito!” No vomites, mejor hazte un pis pequeño antes de echarte a nadar, el del miedo, no pasa nada, es tu neopreno, todos lo hacen.
Recuerda los meses de invierno, “abriendo” la piscina a las 7 de la mañana, pedaleando contra “cierzo y marea”, corriendo a última hora del día, ya de noche, tras jornadas interminables de trabajo… y los fines de semanas más, salir de la cama calentita para entrenar… ¿Estamos locos? Pero algo grande te motivaba y aquí nadie regala nada. Cruzar la meta de un triatlón conlleva un esfuerzo digno de gente “poco cuerda”, no eres el único, hoy sois miles en la línea de salida… ¡bendita gente poco cuerda!
El otro día leía que… “Las cosas más bonitas de la vida están al otro lado del miedo”; la frase es de George Addair y me parece más que acertada para lo que estás a punto de afrontar.
Tenemos miedo a no cumplir nuestros objetivos, a defraudar a los que nos quieren y a defraudarnos a nosotros mismos. También tenemos miedo a sentir dolor. Dolor de músculos agotados, de tripa revuelta, de respiración entrecortada, de cuerpo extenuado,… cuando surge ese dolor, empieza el verdadero reto. Completar un triatlón de larga distancia, sin importar el tiempo que te lleve, olvidándote de marcas y cronos, no comienza en una zona cómoda… empieza en el lugar donde verdaderamente duele, donde pincha, donde está la barrera del miedo. Traspásala.
“¿Cómo soportaré ese contratiempo?”, te preguntas… “¿Seré capaz de aguantar?”, “¿Fallaré?” Confía en ti, todos y cada uno de los que te quieren lo hacen. Solo una brazada, una pedalada, solo una zancada más. Ya estás más cerca.
Cuando estés en el agua y el agotamiento te invada, confía en ti. Cuando el viento en contra en la bici parezca insuperable, come, bebe, aprieta los dientes, confía en ti y sigue adelante con determinación. En los kilómetros más duros de la carrera, encuentra en tu corazón el poder para perseverar y confía en ti.
TIENES MIEDO. Estás nervioso. Hay dudas. Normal. No sabes si vas a poder lograrlo. Estudiaste los recorridos, visitaste foros y páginas donde hablan de esa carrera. Viste videos inspiradores, resúmenes de otros años, revisaste el pronóstico del tiempo mil veces, hablaste con otros triatletas y te enfrascaste en mil charlas, por no llamarlo chapas, que solo personas con verdadera pasión por este deporte podrían aguantar.. Te imaginaste en la llegada y te emocionaste… no estarás solo, tendrás a alguien que te quiere cerca seguro. Esos que están ahí, confía siempre en ellos, nunca te fallarán. Lo sé.
También sé otras cosas de ti; sé que te preparaste bien. Sé que soñaste con este momento durante mucho tiempo. Sé que muchas veces dudaste de ti mismo, pero más veces todavía creíste en tu fuerza. Sé que vas a salir a competir como los valientes… valientes como tú… Sé que vas a correr, pedalear y nadar pensando en positivo. Positivo, sobretodo en la carrera a pie, la parte más dura, la dichosa maratón, ahí no hay que correr con las piernas, ni con la cabeza, ni con el corazón, hay que correr con el alma. Tú de eso vas sobrado.
Somos muchos los que entendemos lo que estás pasando. Olemos tu miedo, lo vemos en tu mirada. Lo sabemos porque tenemos la misma u otras aficiones en las que competimos. Empatizamos contigo. En los tiempos que corren, no es poco.
El triatlón es piadoso con quien respeta el esfuerzo y la distancia, y si te sabes medir, si te portas bien, si vas preparado y si conoces tus capacidades y sobretodo tus límites, te premiará con una de las experiencias más felices e inolvidables de tu vida.
Allá al final de esa recta se ve un arco, míralo, disfrútalo, tiene escrita una palabra mágica; “LLEGADA”, bueno “FINSIH LINE” que es lo mismo. Desde los laterales te gritan, te alientan, te aplauden, niños que te quieren chocar la mano (¡hazlo!), el ruido es cada vez mayor, allá alguien te espera, alguien te acompaña, ya sea de manera visible o invisible, tú sabes quien es.
Tu paso se pone firme otra vez después de horas de esfuerzo, tu corazón se agita de felicidad y euforia, sabes que VAS A LOGRARLO… Miras al cielo y VAS A LOGRARLO… Ese momento es tuyo… imagínalo como quieras, hazlo ahora.
Sé todo esto porque lo viví, lo sentí, lo lloré antes…. Vas a ser un finisher… perdón: un FINISHER. Con todas las letras. En Mayúscula. Peti que peti. Lo que has hecho, acabar algo así, merece mayúsculas, porque ahora vas a estar en la cima de tu mundo con el puño en alto y una gran sonrisa en la cara. “Say Cheese” que viene foto. Tu trabajo te ha costado. Te-lo-me-re-ces.
Agradece a tus seres queridos que han aguantado tus ausencias, tus horarios locos, tus manías, tus comidas, tu cansancio. Agradece a tus entrenadores y compañeros de equipo/club los entrenos, los ánimos y los consejos. Sin ellos, este camino hubiera sido todavía más difícil, quizá imposible.
6:30am ya. Suena la sirena. Empieza tu sueño. Confía en ti. Te felicito desde ya, te abrazo, me emociono contigo. Recuerda, repite esto a cada paso de las tres disciplinas para que tu corazón se entere: VAS A LOGRARLO” “VAS A LOGRARLO” “VAS A LOGRARLO”!!!!
Qué envidia me estás dando. ¿Buscamos uno para hacer juntos en 2025?
Un abrazo,
Un Triatleta.
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