05 Oct Ciudades sobre dos ruedas y seguros obligatorios para Bicis
Dos pasitos pa’lante María, un pasito pa’trás
Dede hace cosa de dos semanas, Zaragoza ha implementado una nueva normativa que establece el seguro obligatorio para bicicletas. Esta medida, según el ayuntamiento busca aumentar la seguridad vial y proteger tanto a ciclistas como a peatones, garantizando una cobertura adecuada en caso de accidentes. Con esta regulación, Zaragoza se aleja de otras (¿todas?) las ciudades europeas en su esfuerzo por promover una movilidad más segura y responsable en sus calles.
Aunque se está estudiando y lo más probable es que no llegue a ningún sitio, es una medida histórica (para mal) de la cual la comunidad ciclista espera que no siente precedente en otras ciudades.
Seguro obligatorio para bicis o como matar moscas a cañonazos
Esta normativa del seguro obligatorio para bicicletas ha generado un debate encendido en redes y comunidades/aficionados al ciclismo tanto deportivo como urbano (ver este vídeo de ejemplo). Y es que cada día, miles de ciclistas recorren las calles de la ciudad, y aunque los accidentes provocados por ellos son mínimos (aquí estadísticas de accidentes de bicicletas, no siempre ocasionados por ellas), se les exige ahora contar con un seguro de responsabilidad civil. Pero, ¿es realmente necesario? Para muchos, esta medida es como matar moscas a cañonazos.
Las bicicletas son un medio de transporte que, como coinciden los expertos, aporta beneficios indiscutibles: no contaminan, descongestionan el tráfico y, además, mejoran la salud de quienes las usan. Poner un freno a su adopción con la imposición de un seguro obligatorio podría tener efectos negativos. Si a esto le sumamos que Zaragoza es la única ciudad que lo implementa, parece que el análisis coste-beneficio de esta medida no está tan claro.
En países como Reino Unido, este debate ha surgido en varias ocasiones, pero son las propias aseguradoras las que señalan que no hay una base sólida para justificar la obligatoriedad del seguro. Si el número de accidentes graves con culpa del ciclista es extremadamente bajo, ¿realmente tiene sentido esta medida?
Interior de un parking de bicis bajo el agua en Ámsterdam
Además, desde un enfoque económico, sabemos que las pequeñas fricciones, como la imposición de un seguro, pueden desincentivar el uso de la bicicleta. Con todas las externalidades positivas que genera su uso en entornos urbanos, cuesta entender que el beneficio de esta normativa sea mayor que el impacto negativo en la adopción de la bici. Todo apunta a que esta es una decisión más motivada por una “batallita cultural” que por un análisis riguroso de política pública.
Pensemos solo que si una ciudad como Amsterdam, con más de 900.000 mil bicicletas circulando por sus calles (17 millones en todo el país) nunca ha “necesitado” de una normativa como esta, ¿qué razones tienen en Zaragoza para implementarla? Huele a chamusquina política ¿no te parece?
Turistas visitando Zaragoza en Bici
En vez de dedicar el esfuerzo que una medida así conlleva, el ayuntamiento podría fomentar el uso de la bicicleta siguiendo el ejemplo de ciudades más sostenibles medioambientalmente, mediante la creación de infraestructuras seguras como carriles bici separados y estacionamientos adecuados, implementando incentivos económicos para la compra de bicicletas para uso urbano, mejorando el sistema de alquiler público o promoviendo una cultura ciclista a través de la educación y campañas de concienciación. Reducir el tráfico motorizado en el centro y facilitar la intermodalidad con el transporte público también serían medidas clave para aumentar el uso de este medio de transporte en la ciudad.
Personalmente no estoy a favor de esta medida (¿se nota?) y por eso he pensado que podría animarte a ti, lector y pataliebre, a que, seguros y normativas a parte, exploremos cómo la bicicleta no solo es una opción eficiente y divertida para moverse por la ciudad, sino también una herramienta poderosa para mejorar nuestra salud, reducir el tráfico y redescubrir tu ciudad desde otra perspectiva.
Ciudades sobre dos ruedas
Volver a las raíces… pero sobre ruedas
Piénsalo un momento. Hace muchos años, antes de que los coches y los fu**ng iPhones dominaran el mundo, la bici era uno de los medios de transporte favoritos para muchos. No solo era una forma eficiente de moverse por la ciudad, sino que también era divertida. ¿Recuerdas esa sensación de libertad al pedalear por el pueblo/vecindario cuando eras niño? Bueno, resulta que revivir esos tiempos podría ser la clave para que todos nos pongamos un poco más en forma.
No es solo cuestión de nostalgia; la bicicleta tiene ese poder de hacernos mover sin que siquiera lo sintamos como ejercicio. Y lo mejor de todo es que no necesitas sudar la gota gorda en una clase de spinning para aprovechar sus beneficios. Solo tienes que salir a la calle y empezar a pedalear.
Hace poco, a un buen amigo le quitaron el permiso de conducir durante un corto periodo de tiempo, ¿qué hizo? Se pilló una bici y empezó a moverse con ella por la ciudad… ¿qué ha pasado? Pues ahora que vuelve a tener el coche, lo coge mucho menos ya que se ha dado cuenta que es mucho más fácil y sano moverse con la bici. ¡Ojo! Puedes saltarte el paso de “perder” tu permiso de conducir e ir directamente al de empezar a moverte con bici. =)
Ciudad para ciclistas: menos tráfico, más salud
Imagina por un segundo que nuestras ciudades estuvieran diseñadas pensando en los ciclistas. Calles con carriles bici bien marcados, estacionamientos seguros para bicicletas y menos coche. ¡Estás soñando! Me diréis… imposible en España… Pues no tiene porqué.
Cada vez más ciudades están apostando por fomentar el uso de la bicicleta como un medio de transporte sostenible y saludable. Además, andar en bici tiene un montón de beneficios adicionales: ahorras en gasolina, reduces tu huella de carbono y, lo más importante, mejoras tu salud mientras disfrutas del aire fresco. Ciudades como Zaragoza se han (o habían) puesto bastante las pilas con este tema y cada vez es más sencillo moverse con la bicicleta, y eso que es una de las ciudades con un clima más severo.
Pedalear como parte del día a día
Incorporar la bicicleta en tu rutina diaria es más fácil de lo que crees. Por ejemplo, si vives cerca del trabajo, ¿por qué no probar ir en bici un par de días a la semana? Si eso te parece mucho, podrías empezar con recados cortos: ir a la tienda, visitar a un amigo o simplemente dar un paseo para despejar la mente. Por favor, no seas una de esas personas que va al gimnasio en coche.
La clave está en hacer que la bicicleta se convierta en parte de tu vida diaria. No tiene que ser un cambio drástico, sino algo gradual. Incluso esos pequeños trayectos suman y, con el tiempo, verás cómo te sientes más activo y lleno de energía. De verdad te lo digo.
Menos excusas, más acción
Es verdad, a veces salir en bici puede parecer un desafío, especialmente si el clima no acompaña o si hay mucho tráfico. Pero aquí va un fruco-nsejo: ¡no te compliques! Empieza poco a poco, eligiendo rutas seguras y horarios con menos tráfico. Y si te preocupa la lluvia, siempre puedes llevar una capa impermeable (es solo agua, no lejía) o planificar tus paseos en los días soleados.
Al final del día, lo más importante es empezar a moverse. La bicicleta no solo es una forma eficiente y divertida de desplazarte por la ciudad, sino que también es un pasaporte a una vida más activa y saludable. Así que, ¿qué te parece si desempolvamos (y engrasamos) la bici y le damos un poco de amor a esas dos ruedas?
Recuerda, cada pedalada cuenta, y quien sabe, tal vez descubras que tu ciudad es mucho más bonita vista desde el sillín de una bicicleta.
¿Tienes alguna anécdota con tu bici por la ciudad? ¿Alguna opinión con respecto al tema de promover el uso de la bicicleta en las ciudades o la obligatoriedad de tener un seguro de responsabilidad civil solo para bicis?
¡Compártela con nosotros! Y recuerda, en THE PATALIEBRES, estamos aquí para que ruedes con estilo, sin importar cuántas excusas necesites.
¡Nos vemos en la carretera, o en la ciudad, pero sobre dos ruedas! 🚴♂️✨
Hasta la próxima Pataliebre,
Fruco.
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