Jóvenes e Irrespetuosos

“¡¿Qué pasa Lulus?!”

Así empiezan todos los vídeos que nos enviamos en el que posiblemente sea el grupo de WhatsApp más bizarro y peculiar del mundo ciclista.

En él nos reunimos unos cuantos amigos, chalados de las dos ruedas, y que vivimos en diferentes ubicaciones del planeta: un arquitecto en Países Bajos, un bancario en Boston, un profesor de universidad que vive entre Londres y Bélgica (no, no es Cycling Professor), un jefe de Marketing de Berlín, y en España: varios consultores, abogados, doctores y hasta uno al que le han ido muy bien las cosas y parece que ya se ha jubilado a sus cuarenta y pocos, ¡un jefe!

De vez en cuando, entre muchos memes como este o este, alguien del grupo manda un vídeo subido en su bicicleta y cuenta algo que cree que es de interés para el resto, empezando siempre con un “¡¿qué pasa Lulus?!”. Lulus = Luís, como bien entenderéis es uno de los integrante del grupo y aunque los vídeos no son cien por cien dedicados a él, los primeros que se hicieron sí que lo eran, así que se ha cogido esa costumbre y se ha hecho ya ley.

Los vídeos que se mandan son de lo más random, básicamente son para compartir nuestras experiencias sobre dos ruedas y gracias a la diversidad geográfica y profesional de los integrantes, hablan de carriles bici de París, estacionamientos en Berlín, mejoras urbanísticas para bicicletas, rutas bonitas para llegar al trabajo rodando por Madrid, edificios de gran atractivo estético, algún detalle histórico digno de mención de alguna ciudad, parajes dignos de visita por su alta belleza, pruebas ciclistas donde intentamos engañarnos mutuamente para sumar participantes, o un simple saludo para recordar que el grupo no está muerto.

Hasta aquí nada especial, entonces… ¿Por qué os cuento esto? Bien, los vídeos se mandan siempre con un trasfondo de buen rollo y colegueo. Personalmente creo que son muy didácticos y me hacen “mucho bien”, a veces me hacen sentir algo ignorante como Ben Affleck en la peli de El indomable Will Hunting (peliculón), pero suelo aprender y disfrutar mucho con ellos.

El tema “que te quema” aquí es que nos toca lidiar con un amigo hater que parece tener un radar especial para detectar a los ciclistas que se saltan los semáforos, van sin casco o no usan los carriles bici que tanto han costado (él enfatiza que con nuestros impuestos). Bicis mal, bicis fatal. A tanto ha llegado el tema que se ha cambiado el nombre del grupo y ahora es “jóvenes e irrespetuosos”.  Nuestro amigo es como el Grinch del ciclismo urbano, rara vez tiene una opinión positiva sobre algún cambio urbanístico para mejorar el desplazamiento/aparcamiento de bicicletas. Vamos, un “cuñado” en toda regla.

Y aquí es donde quería llegar yo: la presencia de este hater en el grupo, es una oportunidad para el crecimiento personal y la mejora continua del resto. Tomar una actitud Pataliebre y no tener miedo a enfrentarnos a críticas o ideas contrarias, puede ser beneficioso, ya que desafía nuestras ideas preconcebidas y fomenta la autenticidad de las cosas. No todo va a ser bailarnos el agua. Aprender a gestionar el debate o comentarios desafiantes, y mantener un ambiente de respeto, creo que nos ayuda a fortalecer la cohesión del grupo y a desarrollar una mentalidad más abierta y receptiva. Madre, cuanta retórica para decir que le queremos igual; después de todo, ¿qué sería de la vida sin un poco de diversidad de opiniones? Nota-guiño: yo no me meto con él por llevar una “bolsita” en el manillar llena de chucherías, ¡qué poco aero es eso!

Y vosotros ¿tenéis algún grupo o amigo hater digno de mención? Si es así, dadle amor, sin saberlo os está haciendo mucho bien 😉

Muchas gracias por leer hasta aquí. Abrazos y ¡salid a rodar, Pataliebres!

Fruco.