21 Sep Luigi Malabrocca y el arte de ganar perdiendo
Malabrocca y el arte de ganar perdiendo
Para aliñar un poco esta lectura, os voy a recomendar que pongáis estas dos canciones en Spotify o la plataforma de música que utilicéis: A bicyclette de Yves Montand y Malabrocca de Cranchi. Y es que con ellas nos amenizaron la espera en la obra “Malabrocca”, a la que tuve la suerte de asistir el fin de semana pasado en Gato Negro, un pequeño teatro al aire libre de Murillo de Gállego, y en la que el actor Rafa Blanca, de forma excepcional, se pone en la piel de Luigi Malabrocca (y de otros 34 personajes más), para recrear una parte de la vida y obra (o debería decir vida y deporte) de este peculiar corredor en el famoso Giro de Italia del 1946, también llamado Giro del Renacimiento por ser el primero de la post-guerra, así como en lances venideros.
Rafa Blanca interpretando con la Maglia Nera
La obra me encantó, no solo por ser de temática ciclista, sino por ver en primera fila un ejercicio interpretativo de gran complejidad en la que Rafa Blanca, nos mete en su maleta (atrezo principal de su obra), nos lleva a visitar la Italia de los años 40 y nos pone a rueda de un pelotón de personajes en el Giro de Italia de la época.
Si tenéis opción de ir a ver la obra, os guste el ciclismo o no, os la recomiendo 100%. Pronto hará tres representaciones en el Museo Goya de Zaragoza (9, 10 y 11 de Octubre). Info y entradas aquí.
Rafa Blanca interpretando la obra Malabrocca
Una vez sabemos de dónde viene la inspiración de este artículo, y al igual que hace tan y tan bien Rafa Blanca en su obra, yo también os quiero hablar un poco de Luigi Malabrocaa y su increíble historia; y es que tiene miga, en esta época de “gurús tiktokeros” que repiten frases sin parar como “rendirse no es una opción”, “si quieres puedes”, “la gente solo recuerda al primero”, “el fracaso derrota a perdedores e inspira a ganadores”, nos viene pero que muy bien conocerla (o eso creo yo).
Ciclismo donde no todo es velocidad, sudor y medallas
Esta historia se mueve entre la bicicleta, la astucia y una pizca de rebeldía, todo con un toque muy orgánico (como nuestra ropa, claro). Y es que Luigi Malabrocca fue el ciclista que convirtió la derrota en un arte y la última posición en un premio. Sí my friends, habéis leído bien. Este hombre hizo historia en el Giro de Italia no por ganar, sino por llegar último. ¿Cómo os quedáis?
Imaginad que estáis compitiendo en el Giro de Italia, una de las carreras de ciclismo más prestigiosas del mundo. Año 1946. Post-guerra: inanición, enfermedades, cartillas de racionamiento, estraperlo, pan negro, soldados desencantados… Todos los ciclistas pedaleando como locos por la gloria y uno, Luigi Malabrocca decide que prefiere ser el último. Suena raro, ¿no? Pues para él era un plan maestro. Este hombre, con más maña que fuerza, se hizo famoso por conseguir la Maglia Nera, un jersey negro que se otorgaba al último clasificado del Giro de Italia. Pero no era un premio al perdedor, era un símbolo de resistencia, estrategia y, por qué no, le daba un toque desenfadado a la competición, y es que los aficionados seguían con tanto interés al primero de la clasificación como al último. Bienaventurados los últimos que serán los primeros.
Pinarello aclamado por multitudes
La Maglia Nera: la prenda de los verdaderos héroes
En aquellos tiempos, llegar último no era solo una cuestión de honor (o deshonor), sino también de beneficios económicos. Ser el portador de la Maglia Nera significaba conseguir atención mediática, patrocinadores y dinero. Y aunque fuese en forma de regalos/comida que luego podía venderse, Malabrocca fue uno de los primeros ciclistas que más premios acumuló en la competición. En el Giro del 1946, un compañero de equipo que terminó en las primeras posiciones de la general, no obtuvo tanto rendimiento económico (ni reconocimiento popular) como él. Malabrocca, que no era ningún necio, lo entendió a la perfección y lo usó a su favor. Se perdía a posta, se escondía detrás de setos, pinchaba intencionadamente su bicicleta o se detenía a tomar café por todos los pueblos que pasaba. Todo para asegurarse de ser el último en cruzar la meta y convertir la derrota en una victoria.
En un mundo donde ganar lo es todo, él nos enseñó que a veces, el éxito puede estar al final del pelotón. Por dos veces fue Maglia Nera, y en otra más quedó penúltimo; enseñó tan bien el arte de ganar perdiendo que hasta le salió competencia: Sante Carollo, un albañil que de ciclista tenía poco, y que en 1949, logró arrebatar el último puesto a Luigi en una competencia feroz por ser el más incompetente encima de una bici. El duelo causó mucha sensación en los medios y fue tan seguido como la batalla entre los dos primeros de la general. De traca. Este reconocimiento y la susodicha prenda fue abolida tras la edición de 1951, Maglia Nera para Giovanni Pinarello, más tarde famoso fabricante de bicicletas, al que tampoco le fue nada mal. Alguna energía especial debía tener acabar enfundado con ese maillot negro.
Malabrocca también apodado “el chino” por sus ojos rasgados
Ahora bien, debemos tener en cuenta que Malabrocca era todo menos un mal corredor, y ciertamente no era el último de los últimos. A lo largo de su carrera, logró ganar 138 carreras, 15 de ellas como profesional, incluyendo la París-Nantes en 1947, la Coppa Agostoni en 1948 y la Vuelta a Croacia y Eslovenia en 1949. Además, fue dos veces campeón italiano de ciclocross (1951 y 1953). Pero comprendió que con los dos gigantes del ciclismo de la época: Gino Bartali y su amigo Fausto Coppi, los demás corredores solo podían aspirar a las sobras, por lo que decidió reinventarse como un campeón, pero al revés, campeón de la derrota. Y qué bien lo hizo.
Malabrocca y su amigo Fausto Coppi
El espíritu de Malabrocca hecho ropa
Aquí, en The Pataliebres, una vez conocida su historia, pensamos que nos hemos inspirado en Malabrocca sin saberlo. Creemos que el ciclismo es más que un deporte, es una forma de vida. Y, como Luigi, sabemos que no todo es ganar, de hecho, no creemos que haya (todavía) ningún ganador leyendo esto. La clave está en disfrutar del deporte, en conectar con la naturaleza, en pedalear cada uno a su ritmo y en conectar con otras personas practicando esta estupenda afición. Nuestra ropa se hace con la idea de reflejar ese espíritu y el de pedalear hacia un futuro más consciente: orgánica, cómoda, y lista para cualquier aventura, ya seas de los motivados de cabeza del pelotón o de los que se detienen a disfrutar de las vistas cada cuatro curvas.
Al igual que Malabrocca, que se las arreglaba para destacar siendo diferente, nosotros también creemos en hacer las cosas de otra manera. Por eso, apostamos por la sostenibilidad, por materiales que respetan el planeta, por proveedores de cercanía y por diseños que combinen estilo y funcionalidad. Porque ser el mejor no siempre es lo más importante; lo que de verdad cuenta es cómo llegas allí. Así que, la próxima vez que te pongas una de nuestras camisetas, recuerda a Luigi Malabrocca y su Maglia Nera. Recuerda que la verdadera victoria está en disfrutar del camino, en pedalear con libertad, y en sentirte bien con lo que llevas puesto.
¡Nos vemos en la carretera, y si llegas el último, no te preocupes, estarás en buena compañía! 🚴♂️✨
Hasta la próxima Pataliebre,
Fruco.
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