Raymond Poulidor – el eterno segundón

Raymond Poulidor – el eterno segundón

Raymond Poulidor, el eterno segundón, y ¡qué segundón!

¡Hola Pataliebres!

Hay leyendas que se forjan a base de victorias. Induráin por ejemplo. Qué jefe. ¿os he contado que su hermano Pruden a veces pedalea conmingo en un club al que pertenezco? Otro día… Pero también están los héroes que se inmortalizan por algo mucho más duradero: por ganarse la simpatía, el respeto y los corazones del pueblo. Y si hay un nombre que encarna esto en el ciclismo, es Raymond Poulidor, el eterno segundón. En carrera se “Poulía” a muchos pero no a todos (este es el nivel, el mío digo…). De él, y un poco siguiendo la estela del artículo de Malabrocca que tanto gustó, os quería hablar yo hoy. Raymond, un tipo que, lejos de amargarse por los podios que rozó y no conquistó, acabó siendo más querido que muchos campeones. El amarillo es un color que se destiñe, pero el cariño es para siempre. ¿Cómo te quedas con el epitafio que me acabo de marcar?

¿Quién no se ha quedado segundo alguna vez? En The Pataliebres nos pasa a menudo. Pedimos la camiseta a tiempo y no hay talla, o llega tarde. Queremos la talla perfecta y nos queda un pelín ajustada… pero oye, seguimos pedaleando. Y eso, my friend, es muy “Poulidor”. Actitud PA-TA-LIE-BRE. Dime que no.

Raymond Poulidor. Tour de Francia de 1976. Agence France-Presse

Raymond Poulidor. Tour de Francia de 1976. Agence France-Presse

Un podio tras otro, pero nunca de amarillo

Raymond Poulidor, conocido por todos como “Poupou”, estuvo activo 18 años ( de 1962 a 1977) y participó entre otras muchas carreras (ganó una Vuelta a España y alguna clásica), en 14 Tours de Francia. Tres veces segundo y cinco veces tercero. Y lo más curioso de todo: nunca, jamás, never, niet, mai de la vida, vistió el maillot amarillo. Ni un solo día. Imagínate. 14 Tours, miles de kilómetros, subiendo y bajando montañas, todas altas, esquivando baches, perros sueltos, tipos “apajaraos” y, aun así, nunca le tocó vestir el jersey que todo ciclista sueña con llevar. Lo más cerca que estuvo fue ver cómo sus rivales se lo quitaban delante de sus narices. Nariz muy bonita por cierto, parece ser que triunfaba bastante entre el público femenino. Vaya datos me marco en estos artículos. Oro puro.

Y, ¿sabéis qué? No vestir de amarillo no le hizo menos grande. Al contrario. Poupou se convirtió en un símbolo, se hizo trending topic antes de que existiese twitter (bendita época). La gente le quería porque le veían como uno de los suyos: un luchador incansable que, pese a no llevar el maillot de líder, nunca dejó de atacar y dar espectáculo. En cada Tour, en cada etapa, allí estaba él. Sin dramas (los dramas en bahamas dice un amigo), sin lamentos, sin lloros. Como quien pide otra cerveza después de que se le derrame la primera. Con una sonrisa y a seguir. Me ha pasado.

La rivalidad que marcó una época

Poulidor fue un ciclista que dejó huella en una época dorada del ciclismo. Su rivalidad con Jacques Anquetil primero y, con un tal Eddy Merckx después, fue legendaria. Estas competencias no solo definieron una era, sino que también consolidaron a Poulidor como el favorito del público.

Jacques Anquetil era el “niño bonito” del ciclismo, elegante y siempre impecable (vendría a ser Federer en tenis), mientras que Poulidor era el chico de pueblo, con tierra en las piernas y sudor en la frente (véase Rafa Nadal). Francia se dividía entre los seguidores de uno y otro, pero había una broma que decía que si ambos caminaban por la misma calle pero por diferentes aceras, toda la gente se cambiaría a la acera de Poupou para saludarle.

“No cambio mis podios por un Tour”

Lejos de sentirse frustrado por no haber ganado el Tour, Poulidor abrazó su papel en la historia del ciclismo. Y en una ocasión, expresó:
“No me molesta no haber ganado, al contrario. Sobre todo porque cuando miro mi palmarés tengo muchos trofeos y eso me satisface Si hubiera ganado el Tour no hablarían tanto de mí”

Wow, chúpate esa libro de autoayuda del montón. Estoy con él, Pouli siempre en mi equipo, la vida no se mide en victorias, sino en el impacto, el legado, el recuerdo que dejas en los demás. A Poulidor le bastó con su sonrisa y su constancia para ganarse el corazón de millones. Y eso es algo que no se compra ni con doscientos maillots amarillos

Raymond Poulidor y su nieto, Mathieu Van der Poel. Fuente de la imagen: Getty Images.

Raymond Poulidor y su nieto, Mathieu Van der Poel. Fuente de la imagen: Getty Images.

El legado sigue vivo

Aunque Poupou nos dejó en 2019, su legado sigue vivo. Y de qué manera. Su nieto, Mathieu van der Poel (yo le llamo MVP como su nombre indica) es una de las grandes estrellas del ciclismo actual. Muy jefe. Y no es casualidad. La tenacidad se hereda, amigos. Igual que las gorras y los maillots de The Pataliebres. Que duran mucho por su calidad. ¡Que no os falte nunca un toque vintage en vuestros armarios!  Como vendo, la meto ahí en medio y pumba, sudadera que te apetece comprar ¿eh? 😂

Eddy Merckx, winner, Poulidor segundo clasificado y el español Vicente López, tercero. Documento gráfico editado por la antigua publicación “Miroir du Tour 1974”.

Eddy Merckx, winner, Poulidor segundo clasificado y el español Vicente López, tercero. Documento gráfico editado por la antigua publicación “Miroir du Tour 1974”.

La enseñanza de Poupou

La próxima vez que quedéis segundos en una carrera, o que ese KOM os lo robe un vecino más madrugador, pensad en Poulidor. Porque al final, la gloria no está en ganar, sino en mantenerse en la lucha, hacerlo con estilo y ganarte a la people.

Poupou nunca vistió de amarillo, pero se quedó con algo mucho más valioso: el respeto y el cariño de la gente. ¿No es eso lo que todos buscamos cuando nos subimos a la bici? Bueno, eso y entrenar/sudar para luego comer sin remordimientos. Ah! y al cervecita post entreno… ¡Cómo entra, niño!

Así que, queridos Pataliebres, recordad: la vida es mejor en compañía y, con una buena dosis de humildad, respeto y reírse de uno mismo, esto último debería de tener una palabra en plan como los japoneses llaman Seijaku a la “Calma en medio del caos”. Con eso nada puede salir mal. Que nunca falte una pedalada más, aunque sea para llegar segundo. Porque ser un “segundón” puede ser, al final, la mejor victoria de todas.

Peregrino - Carlos Ares

Bonus track: quédate con la persona que te recomiende canciones 

Nos vemos en la carretera, o en la ciudad, pero sobre ruedas! 🚴‍♂️✨

Hasta la próxima Pataliebre,

Fruco.

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